Carne de cañón es un libro ingenioso que cuenta cinco historias de transformación. El cuerpo femenino es un vestido para ponerse o un objeto sórdido de deseo y rechazo. Los protagonistas solitarios y melancólicos apenas son conscientes de sus anhelos, estamos frente a seres abyectos que se arrastran por las zonas oscuras de la realidad. Y ese otro que los mira, que es su sombra, su reflejo y su abismo, los lleva de la mano para encarar sus demonios. La naturaleza ambigua de los personajes masculinos deja ver la delicadeza y la violencia: la inclinación por el sometimiento. Los textos se decantan en algunas visiones infantiles. Vemos a hombres con agujeros emocionales y físicos. Escuchamos fluir la sangre y las lágrimas. Vite muestra la idea de que el sádico y el masoquista están de los dos lados cuando las personas se relacionan. La pulsión de morir es la línea que circula en todas las historias. Carne de Cañón es una invitación para dejar el disfraz y ponerse otro, tal vez más auténtico: uno que surge de la carne doliente que cuestiona al mundo.