En este texto Pedro Aguayo se interna en las sombras del ser humano como en una caja china de sorpresas; va de la reflexión filosófica al inconsciente, hace luz en la oscuridad de nuestros temores más profundos y escondidos surgidos en la infancia, el amor y la muerte; escudriña con la pluma madura el aforismo como recurso literario que lleva la palabra a lo esencial —menos es más— y realiza un diálogo con Sor Juana y Xavier Villaurrutia, como bien afirma el gran dramaturgo Mario Ficachi en el prólogo de este hermoso libro, que además se caracteriza por un feliz encuentro entre el joven artista plástico Julio Rojas, quien enfrenta el reto paradójico —con gran éxito— de convertir los sueños y las pesadillas del autor en imágenes que forman parte integral de este volumen.