Las naciones de Latinoamérica tienen una historia común de colonialismo y dependencia económica, así como ingentes y persistentes disparidades socioeconómicas. Los sistemas de salud que implementan no logran cubrir las necesidades de sus poblaciones y, pese a numerosas reformas, ha sido difícil establecer políticas sanitarias equitativas, de organización y financiamiento estables. Las tareas de la salud pública son contextuales a la realidad económica y cultural de las sociedades, haciendo imposible establecer agendas comunes de alcance internacional para enfrentar los retos y efectos de la globalización. Cada región, cada país, ha de desarrollar sus políticas sanitarias y sus sistemas médicos en relación con sus necesidades y posibilidades, desafiando la ayuda externa, magra y meramente asistencial. La salud pública depende no solo de su entorno socioeconómico y de la filosofía política que la inspira, sino en gran medida de los valores que se propone sustentar y realizar, configurando una perspectiva donde el aporte de la bioética es central. La disciplina bioética, por su parte, se valida en la medida que logra insertarse en la realidad cultural de su sociedad y en el campo de deliberación que la requiere (clínica, investigación, ecología, salud pública). Desde hace apenas 15 años se perfila una bioética en salud pública con perspectiva propia y específica, siendo Latinoamérica una de las primeras regiones en cultivar lo que actualmente está recibiendo atención prioritaria en organismos internacionales (OMS, UNESCO, OPS). El presente texto es un centinela precoz en proponer una bioética latinoamericana para la salud pública de la región, en un esfuerzo por cultivar lo propio sin desconocer el discurso de la bioética internacional en gran medida elaborada en medios académicos anglosajones. El libro tiene la pretensión de hablar no solo para Latinoamérica sino también desde nuestra región.